El literato Ricardo Piglia cuenta en sus diarios la historia de cómo fue que escribió sus libros. Al principio deja en cada entrada de sus cuadernos las huellas de la incertidumbre. No sabe. Luego se pone a escribir y avanza. Pero vuelve a caer en el pantano del bloqueo.
“Hay que saber esperar”, apunta el profesor Piglia, autor de la novela “Blanco nocturno”. “Dejar que llegue el modo de resolver esa historia que empezó bien y se detuvo”.