Acabo de leer que los humanos hablamos desde el “fondo” de nuestro propio subdesarrollo, una tesis de Gilles Deleuze.
Eso me hizo recordar inmediatamente que ese fondo está hecho de salvajadas, ñoñerías, autoritarismo, violencias, caprichos, machismos, violencias, banalidades y prejuicios.
Esa “bajura” se resiste morir, no clausura y se escapa hacia la superficie de nuestra persona. Un eructo-improperio cuando hablamos, incluso, de los más altos “valores de la humanidad”.
Parece que no es demasiado desarrollable ese subsuelo y que a veces se expande en estructura o exoesqueleto.
Otra paradoja del lenguaje. Grrrr.